domingo, 15 de abril de 2012

La Palabra Siempre .......

Nos alivia pensar que nuestros hijos vivirán durante toda nuestra vida, que los amigos estarán a nuestro lado hasta el final... que todos los embarazos llegarán a término, que todos los bebés nacerán sanos, y vivirán por muchos años.

Nos empeñamos en jurarnos amor para toda la vida, aún sabiendo que es sólo una expresión de deseo...

En el amor, como en la vida, los "siempre", los "para toda la vida", los "nunca", nos calman... nos eximen de pensar en lo peor, en la muerte, en los imprevistos, en el dolor, en la injusticia, en los imponderables...

Y cuando las cosas no salen como hubiéramos querido, siempre podemos culpar a Dios, al destino, a la mala suerte...

Lo cierto es que la vida se maneja bien distinto... nos sobresalta, nos confunde, nos enoja, nos cambia los planes, y cuando nos acostumbramos, nos lo vuelve a cambiar.

Y que, a la larga, cuando miramos para atrás, cada cosa fue para mejor. Claro, si lo sabemos ver...

Tal vez debiéramos vivir con más entrega, con más ingenuidad, con menos exigencia...

Tal vez debiéramos entender que las personas, las situaciones, están en nuestras vidas por algo, y que a veces la sutil presencia de otro es suficiente para un gran aprendizaje, para un gran cambio.

No son mejores las amistades que duran toda la vida, que aquellas que duran solamente unos días...

No son mejores las relaciones para siempre, que aquellas fugaces, que pueden cambiarnos la vida...

La intensidad no tiene relación con la permanencia en el tiempo...

Nada es para siempre, y cuando podamos comprender eso, entenderemos que cada momento vivido con alguien, cada instante sutil de la vida, tiene un mensaje para darnos, nos ocurre por algo, y que a veces bastan unos pocos segundos para captar el mensaje, y seguir nuestro camino, o dejar libre al otro para que siga el suyo...

Claro que es lindo tener amigos de toda la vida, relaciones intensas y duraderas. A veces tenemos el privilegio de contar con ellas. Pero otras veces, el roce es fugaz, casi imperceptible. A veces ni nos cuestionamos para qué tuvo que pasarnos esto en la vida.

He aprendido que cuando uno da lo mejor de sí, y toma lo que la vida, o la otra persona tiene para dar, puede seguir su camino en paz, sabiendo que el contacto ha sido posible, y que algo bueno saldrá de ello.

Y fundamentalmente, podemos dejar que el otro también se vaya en paz... sin reclamos, sin culpas, sin rencores...

Cada segundo puede ser una eternidad... de hecho, la Eternidad, no es más que una sucesión de instantes...

Autora: Violeta Castañeda             
                                                                            

La juventud Y La madurez....

 -La juventud mira el mundo como un escenario para que ella se divierta.

La madurez mira el mundo como un templo donde se medita y reflexiona.

La juventud se violenta, se rebela, porque no encuentra medio más auténtico de expresar su descontento… Y es intransigente.

La juventud enseña todas las cartas, juega con las indispensables y reserva siempre… por si al final llega el triunfo.

La madurez se domina, desanda muchas veces el camino desde sus causas más profundas, hasta sus últimas consecuencias… Y es mediadora.

Para la juventud, el amor es un mar embravecido, tumultuoso. Es celoso y puede pasarle fácilmente.

Para la madurez, es un lago sereno, unas fisonomías bien compenetradas, un nudo trenzado de tal forma que ni se piensa en poder desatarlo.

En la juventud hay más apasionamiento que amor.

En la madurez hay más amor que apasionamiento.

La juventud se entrega plenamente, quiere romper todas las barreras y se declara constructora de su propio destino.

La madurez se da con reservas, conserva las tradiciones y sabe que Dios traza los destinos, ¡y el hombre es sólo un instrumento!

La juventud es cuesta arriba, tiene mucho que descubrir.

La madurez es cuesta abajo, tiene mucho que enseñar.

La juventud es una llama vigorosa, fuerte, que muchas veces quema las alas… y peligra.

La madurez es una llama tibia, confortante, que ilumina y que dura.

La juventud se aferra.

La madurez argumenta.

La juventud se mira por fuera.

La madurez se mira por dentro.

La juventud lleva sus acciones y sus pensamientos con facilidad fuera de la realidad.

La madurez no aspira a moldes ideales…. conoce la deficiencia humana y es más positiva.

Pensemos que también la madurez tiene sus bellezas. Por algo la naturaleza, que es tan sabia, espera a que sus frutos maduren para entregarlos…
¡Acéptala con valentía! 

Desconozco su Autor
                                         
                                      

ANIMATE A SER MEJOR....

Si todos nosotros, antes de tomar una decisión, de emitir un juicio, de hacer una promesa, nos tomáramos unos minutos para meditar acerca de lo que vamos a hacer, seguramente las cosas marcharían mejor.

Porque cuando prometemos algo, es necesario tener la certeza de que vamos a poder cumplir.

Cuando opinemos sobre alguna cosa, que nuestra opinión refleje algo acerca de lo cuál estemos convencidos. Recordemos que nuestras opiniones, un poco, nos reflejan a nosotros. Y cuando tomemos una decisión, que la misma sea lo más acertada posible y que nunca lastime a los demás.

La gente valora las personas estables, con carácter parejo, y con patrones de conducta definidos, y se desconcierta ante quien hoy los acaricia y mañana los golpea.

Pero creo que las relaciones humanas serían mucho más armoniosas si todos respetáramos la siguiente premisa: No actuar frente a los demás como no nos gustaría que actuaran con nosotros mismos.

Si antes de expresarnos, de una u otra forma, ante los demás, nos pusiéramos en el lugar del otro y

evaluáramos cómo nos sentiríamos si fuéramos los verdaderos receptores, con toda seguridad no existirían los insultos, las palabras hirientes, los gestos despectivos...
¿Por qué no ponemos en práctica esos cinco minutos de reflexión?...
Dale... anímate a ser mejor...
Desconozco su Autor     
                                                                              

TRANSFORMANDO EL ENOJO..

El enojo es como un torbellino.
Llega repentina y violentamente.
Si es nutrido, puede crecer y convertirse en una fuerza violenta y destructiva.
 Si no es alimentado, desaparece tan rápidamente como se formó.

SENTIR enojo no es el problema.
ALIMENTARLO, lo es.
Nuestros pensamientos son el viento que alimenta el tornado.
No importa qué tan fuertemente  la ira pueda haberse sostenido en el interior, el momento en que tomamos conciencia que estamos enojados es el momento en el que tenemos una preciosa oportunidad.

Si nos convertimos en el observador, cesamos de SER la emoción.
Creamos un espacio entre nuestra consciencia y el flujo de la emoción. Detenemos al viento.

En este espacio, es posible buscar y alcanzar una perspectiva diferente.
Si podemos pensar  "Wow, Me estoy sintiendo  enojado",  podemos también pensar "Elijo no estar enojado. Elijo ser amor".

Cuando hacemos esto, algo mágico sucede.
Nuestra resonancia emocional cambia por completo.
 El viento que alimenta el embudo cesa de soplar y el tornado de nuestro enojo pierde fuerza rápidamente.
Si podemos continuar con esta elección en cada momento sucesivo durante un período de tiempo, la vibración resonante de odio en nuestro interior se extinguirá por completo.

Nuestros pensamientos son la clave.
Ellos querrán que regresemos a la cosa que "hizo" que nos enojáramos.  Debemos girarlos en cambio a una nueva solución; para buscar en forma activa una nueva perspectiva a partir del amor compasivo y la aceptación inequívoca hacia lo que está siendo experimentado.
Desde este lugar de neutralidad calma, podemos entonces apropiadamente responder a cualquier situación a partir de una mente clara y un corazón iluminado.

Al principio esto puede crear argumentos internos, cuando tratamos de convencernos que tenemos derecho a enojarnos.
Eligiendo amar aún cuando  tengamos una buena razón aparente para no hacerlo, es CÓMO manifestamos el Cielo en la Tierra.

El enojo es la resistencia a lo que es.

La Aceptación honra  cada momento tal cual es y ofrece nuevas e inesperadas soluciones desde una perspectiva superior.

El juicio es agradable porque se siente bien estar en lo correcto.
Se siente mucho mejor ser Amor.
La ira y el juicio nos atan a la ilusión.
La Aceptación nos libera.
El amor nos brinda las alas para volar.

Traducción: Alicia Virelli