martes, 10 de agosto de 2010

Bambú japonés




 No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad,
no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad,
este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces
que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana,
muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones
estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.

Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos" ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro...

Estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente
creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito
cuando éste al fin se materialice.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...
quizá sólo estés echando raíces...

Autor desconocido

Ayer me pregunté


Ayer me pregunté que tanto he vivido... como es que olvidé lo importante que es vivir. Y hoy me di cuenta de que no he vivido lo suficiente... Que no ha bastado todo lo que he vivido... para darme cuenta de todo lo que he sufrido.
Que me he olvidado de todo aquello que en este momento es mi prioridad... Que aun no he sabido vivir... que no se vivir.
Que me he ocupado tanto por cosas sin importancia, como cuando me preocupe por nada, como cuando no supe valorar muchos momentos importantes en mi vida y que no he sabido atraparlos en mi memoria.
Que recuerdo mas la ultima vez que lloré; que cuando reí, Y ahora solo se que en algún momento deje que mi vida se esfumara...que estoy dejando poco a poco se vaya extinguiendo y sin yo saberlo. Me he vuelto tan insegura acaso?
Ahora no se en donde estoy o que debo hacer, tengo tantas cosas y no son tan importantes vivo y no lo siento.
Me he dado cuenta que me he perdido de sentir; por no sufrir que me he perdido de reír; por no llorar, sin darme cuenta de que al sonreír puedo ser feliz.
No me he sabido valorar lo suficiente, como para darme cuenta de que puedo hacer mucho por los demás empezando por mi y tener la plena satisfacción de que soy un ser útil, que puedo si me lo propongo y si así lo quiero puedo hacer maravillas por mi.
Tuve la oportunidad de agradecer a todos aquellos con los que he compartido momentos y no lo he hecho... creo es el momento idóneo de hacerlo.
Reflexionando pido gracias a Dios por prestarme un cachito de vida, por regalarme a este mundo en el cual vivo, a mi familia por estar siempre a mi lado; a mis amigos por estar aun cuando no los necesito, a esa persona a la que quiero y amo tanto y que no lo sabe...
Gracias por existir , y por dejarme existir en sus vidas hoy me di cuenta que no es tarde, que aun puedo cambiar y ser mejor que el tiempo de vida no ha sido suficiente como para aprender a vivir y apreciar lo hermoso de esta vida y que hoy tengo la oportunidad de ser y sentir. Que hoy puedo empezar nuevamente a vivir...

Autor Desconocido

Amar a la vida



..Ama más quien más ha servido, porque aprecia su vida y la de los demás.
..Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y en el aeropuerto lo recibió un soldado llamado Ralph.
..Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego para cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y después para orientar a una persona.
Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro."
¿..Dónde aprendió a comportarse así?", le preguntó el profesor.

"En la guerra", contestó Ralph.
Entonces le contó su experiencia.
Allá su misión había sido limpiar campos minados.
Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras otro, encontraban una muerte prematura.
"Me acostumbré a vivir, paso a paso" -explicó.
"Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último; por eso tenía que sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre alzar un pie
y volver a apoyarlo en el suelo.
Me parecía que cada paso era toda una vida".
Nadie puede saber lo que habrá de suceder mañana.
Qué triste sería el mundo si lo supiéramos.
Toda la emoción de vivir se perdería,
nuestra vida sería como una película que ya vimos.
Ninguna sorpresa, ninguna emoción.
Pienso que lo que se requiere es ver la vida, como lo que es: una gran aventura.
Al final, no importará quién ha acumulado más riqueza ni quién ha llegado más lejos.
Lo único que importará es quién lo disfrutó más.
Eso es, creo yo, lo que se pondrá en la balanza a la hora de hacer el recuento final.

TODO PASA


 
Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
-Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.
Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó.
Y éste le dijo:
       - No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje.

Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje -el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey- 
Pero no lo leas -le dijo- mantenlo escondido en el anillo. 

Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.  
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino.
Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían.
Estaba solo y los perseguidores eran numerosos.

Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos.  No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:
Simplemente decía:
                                  "ESTO TAMBIÉN PASARÁ".
Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido.
                               Aquellas palabras habían resultado milagrosas. 
 
Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje. 

-¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.  
                
- Escucha -dijo el anciano- este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
           El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará"
 
Y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, porque el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:
-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes.
Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza.
Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.
Autor Desconocido.

domingo, 8 de agosto de 2010

La Edad Del Hombre



Envejecer es el único medio de vivir mucho tiempo. La edad madura es aquella en la cual todavía se es joven, pero con más esfuerzo.

De los disparates de juventud, lo que da más pena, no es el haberlos cometido, sino el no volver a cometerlos.

Envejecer es pasar de la pasión a la compasión.

Muchas personas no cumplen los ochenta porque intentan durante demasiado tiempo quedarse en los cuarenta.

A los veinte años reina la voluntad, a los treinta el espíritu, a los cuarenta el juicio.

Quien no es bello a los veinte, ni fuerte a los treinta, ni rico a los cuarenta, ni sabio a los cincuenta, nunca será bello, ni fuerte, ni rico, ni sabio.

Es verdad que cuando se pasa de los sesenta son muy pocas las cosas que parecen disparates.

Los jóvenes piensan que los viejos son tontos; los viejos saben que los jóvenes lo son.

La madurez del hombre es volver a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.

Nada va más de prisa que los años.

En los ojos del joven arde la llama, en los ojos del viejo brilla la luz.

La iniciativa del joven vale tanto como la experiencia del viejo...

Siempre hay un niño en todos los hombres.

A cada edad le cae bien una conducta diferente.

Los jóvenes van en grupo, los adultos en parejas, y los viejos van solos.

Feliz el que fue audaz en su juventud y feliz el que fue sabio en su vejez.

Todos los jóvenes desean llegar a viejos y todos los viejos niegan haber llegado.

Bendito el viejo en quien se nota que los años han pasado, pero sólo eso: que han pasado, y que no se le ha quedado ninguno!

Autor Desconocido

Cuando el cielo Está Gris



Hay tiempos buenos y tiempos malos, pero siempre
existirá una luz que nos guíe en esos momentos
de oscuridad.

Cuando el cielo este gris acuérdate cuando lo
viste profundamente azul.

Cuando sientas frío piensa en un sol radiante
que ya te ha calentado.

Cuando sufras una temporal derrota, acuérdate
de tus triunfos y de tus logros.

Cuando necesites amor revive tus experiencias
de afecto y ternura, acuérdate de lo que has
vivido y de lo que has dado con alegría.

Recuerda los regalos que te han hecho, los
abrazos y besos que te han dado, los paisajes
que has disfrutado y las risas que de ti han
brotado.

Si esto has tenido lo puedes volver a tener y
lo que has logrado, lo puedes volver a ganar.

Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello
y en la verdad. Recorre tu vida y detente en
donde haya bellos recuerdos y emociones sanas
y vívelas otra vez, visualiza aquel atardecer
que te emocionó.

Revive esa caricia espontánea que se te dio.

Disfruta nuevamente de la paz que ya has
conocido, piensa y vive el bien.

Allí en tu mente están guardadas todas las
imágenes. Y solo tú decides cual has de
volver a mirar.

Autor: Anónimo

SER FELIZ...



EN CIERTA OCASIÓN DURANTE UNA ELEGANTE RECEPCIÓN PARA DARLE LA BIENVENIDA A UN NUEVO DIRECTOR DE UNA COMPAÑÍA LONDINENSE, ALGUNAS DE LAS ESPOSAS DE LOS OTROS DIRECTORES, QUERÍAN CONOCER A LA ESPOSA DEL FESTEJADO, Y LE PREGUNTARON A ESTA CON CIERTO MORBO...

TE HACE FELIZ TU ESPOSO?...

EL ESPOSO, QUIEN EN ESOS MOMENTO NO ESTABA A SU LADO PERO SI LO SUFICIENTEMENTE CERCA PARA ESCUCHAR LA PREGUNTA, PRESTO ATENCIÓN A LA CONVERSACIÓN E INCORPORO LIGERAMENTE SU POSTURA, EN SEÑAL DE SEGURIDAD Y HASTA HINCHÓ UN POCO EL PECHO, PUES SABIA QUE SU ESPOSA DIRÍA QUE SI...

YA QUE ELLA JAMÁS SE HABÍA QUEJADO DURANTE SU MATRIMONIO.

SIN EMBARGO PARA SORPRESA SUYA Y DE LOS DEMÁS, LA ESPOSA RESPONDIÓ CON UN ROTUNDO...

-NO, NO ME HACE FELIZ.

EN LA SALA SE HIZO UN INCOMODO SILENCIO,EL MARIDO ESTABA PETRIFICADO, NO PODÍA DAR CRÉDITO A LOS QUE SU ESPOSA DECÍA y MENOS EN UN MOMENTO TAN IMPORTANTE PARA EL, ANTE EL ASOMBRO DEL ESPOSO Y DE TODOS ELLA, SE ACOMODO Y CONTINÚO...

NO, EL NO ME HACE FELIZ...YO SOY FELIZ...EL HECHO DE QUE YO SEA FELIZ O NO, NO DEPENDE DE EL...SINO DE MÍ.

YO SOY LA ÚNICA PERSONA DE QUIEN DEPENDE MI FELICIDAD, YO DETERMINO SER FELIZ EN CADA SITUACIÓN Y EN CADA MOMENTO DE MI VIDA, PUES SI MI FELICIDAD DEPENDIERA DE OTRA PERSONA, DE OTRA COSA O CIRCUNSTANCIA SOBRE LA FAZ DE LA TIERRA, ESTARÍA EN SERIOS PROBLEMAS...

TODO LO QUE EXISTE EN ESTA VIDA, CAMBIA CONTINUAMENTE, EL SER HUMANO LAS RIQUEZAS, EL CUERPO, EL CLIMA, LOS PLACERES etc. etc.

ATRAVÉS DE LA VIDA HE APRENDIDO -YO DECIDO SER FELIZ, LO DEMÁS SON...EXPERIENCIAS O CIRCUNSTANCIAS...COMO AYUDAR, COMPRENDER, ESCUCHAR, CONSOLAR Y JUNTO A MI ESPOSO LO HE VIVIDO PRACTICANDO TANTAS VECES...

LA FELICIDAD, SIEMPRE SE APOYARÁ EN EL VERDADERO PERDÓN Y EN EL AMOR ASÍ MISMO Y A LOS DEMÁS...

-NO ES RESPONSABILIDAD DE MI ESPOSO HACERME FELIZ, EL TAMBIÉN TIENE SUS EXPERIENCIAS O CIRCUNSTANCIAS, LO AMO Y EL ME AMA, MUY A PESAR DE SUS CIRCUNSTANCIAS Y DE LAS MÍAS

-EL CAMBIA YO CAMBIO, EL ENTORNO CAMBIA, TODO CAMBIA, HABIENDO AMOR Y PERDÓN VERDADERO Y OBSERVANDO ESOS CAMBIOS, HAY QUE ENFRENTARLOS CON AMOR QUE HAY EN CADA UNO DE NOSOTROS...

SER FELIZ ES UNA ACTITUD ANTE LA VIDA

Y CADA UNO DECIDE!!!

SER FELIZ DEPENDE DE TI!!!!!


Desconozco su autor

Pedir Perdón



¿Qué te parecería si vieras a alguien golpeándose intencionalmente su pie con un martillo? Una locura!

Bien: es natural que quien gesta una comprensión más honda y compasiva de la realidad, sienta que cualquier daño intencional hacia otro, sea tan insensato como el acto de quien martilla su propio pie.

¿Por qué?

Porque vive en su corazón lo que los sudafricanos llaman UBUNTU: el principio que señala que todos existimos ligados a los demás, siendo uno con ellos, parte del mismo tejido viviente.

El lema que sostuvo el fin del apartheid en Sudáfrica a fines de 1980 fue "Ubuntu, nigumuntu, nagamuntu" (en zulú: "una persona es una persona a causa de las demás", o "yo soy porque somos nosotros"). Así, si daño a otro, me daño a mí mismo, tal como si me martillara mi propio pie.

Por eso pedir perdón es indispensable, pues dañar a alguien sin hacernos cargo de haberlo hecho, es seguir dañándolo.

El pedido de perdón es uno de los actos que mayor valentía requieren: ni bien nos disponemos conscientemente a enfrentarlo, surgen múltiples postergaciones y justificaciones de por qué hicimos lo que hicimos.

Sin embargo, si contactamos con la verdad, el impulso más hondo que germina es el de reparar el daño infligido.

No para que admiren nuestra "humildad", ni para evitar el "castigo divino" o para "dejar nuestra conciencia tranquila", sino porque si queremos ser fieles a nosotros mismos, ésa es la única opción digna.

Así tengamos que remontarnos al pasado, discar un teléfono por largos años olvidado, escribir una carta, mirar a los ojos...

Y aun en los sucesos cotidianos: no terminar el día sin habernos hecho cargo ante el otro de nuestra torpeza, nuestro egoísmo, nuestra ignorancia...

Pedir perdón implica el riesgo de que nos lo nieguen. Pero lo importante no será nuestro propio alivio, sino ofrendar una actitud reparatoria.

En la pareja o entre vecinos, en la familia o entre amigos, entre naciones o sectores sociales. Ése fue el fundamento del próceso sudafricano por el cual 21.800 personas de raza negra declararon frente a sus ultrajadores las vejaciones recibidas durante el apartheid, dándoles lugar a que tomaran real conciencia del daño cometido y pidieran perdón; esto produjo en cientos de ellos un genuino y transformador arrepentimiento.

Sólo ésos obtuvieron amnistía. Quizás éste sea uno de los ejemplos más impactantes de lo que puede producir la aplicación colectiva de los mejores valores humanos.

Antjie Krog, en una película basada en esos hechos, pone en labios de una poetisa blanca, -testigo conmovido de esas declaraciones-, estas palabras, al concluir ese proceso:

Por ti este país ya no yace entre nosotros, sino dentro.
Respira inmóvil después de haber sido herido en su maravillosa garganta.
En mi cráneo canta,enciende mi lengua.
Por miles de historias fui quemada y tengo nueva piel.
He cambiado para siempre y quiero decir:
perdóname, perdóname, perdóname.

Virginia Gawel & Eduardo Sosa ã,

Alcanza tus Sueños.



Sé firme en tus actitudes y perseverante en tu ideal. Procura no ser paciente, sobre todo si las cosas no te llegan de inmediato, porque debes aprender, que es más sabio ir a buscarlas, que sentarte a esperar por ellas...

La vida es breve...
Haz tiempo para todo, porque todo lo que es tuyo, ya está en tus manos desde el momento en que te propusiste tenerlo.

Aprende a no esperar el momento exacto para recibir los beneficios que reclamas: ve por ellos o serán de otros y en algún momento te arrepentirás de haber perdido demasiado tiempo...

No esperes con paciencia a que maduren los frutos... para poder apreciar debidamente su dulzura, es preferible comer la fruta de época, y siempre estarás gozoso y deseante...

No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes.
No revuelvas una herida que está cicatrizada.
No rememores dolores y sufrimientos antiguos.
Pero nunca olvides, así evitarás pasar por el mismo daño...
¡Lo que pasó, pasó!

De ahora en adelante procura construir una vida nueva, dirigida hacia lo alto...
Y camina hacia adelante, no dejando de voltear de vez en cuando porque al fin de cuentas, el ayer también es parte tuya...

Haz como el sol que nace cada día... que alumbra hasta la noche oscura y triste que te tocó pasar.

Sólo contempla la meta y no veas que tan difícil es alcanzarla...
No te detengas en lo malo que te han hecho...
Camina pensando en lo bueno que te pueden hacer...
Al fin y al cabo la vida es sueño...
No dejes de soñar...
No te culpes por lo que no hiciste, más bien decídete a cambiar...

No trates que otros cambien, ya aprendiste que no pueden hacerlo por tu deseo, sino por el de ellos...
Sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.
Deja que el amor te toque y no te defiendas de él.
Vive cada día, aprovecha el pasado para bien...
Y deja que el futuro llegue mañana. ...
No sufras por lo que viene, si no sabes que te espera...
Y trata de sufrir cada día menos por el ayer que no supiste construir...

Busca a alguien con quien compartir tus luchas hacia la libertad...
Una persona que te entienda, te apoye y te acompañe en ella...
Esto sí que es una utopía y algo prácticamente imposible de lograr...porque...
El otro no quiere, al otro no lo puedes cambiar, el otro no se arriesga como tú... Pero igual no dejes de soñar...
Si tu felicidad y tu vida están ancladas en una persona, enséñale: qué es la libertad y la independencia, Intenta comprenderla, y al amarla pídele que aprenda a compartir...o no le des nada más, a cambio de no haberte hecho feliz...

Mírate con amor y respeto, y haz que los otros te vean de la misma forma, porque tú eres algo precioso...
Desparrama en todas partes la alegría que hay dentro de ti...
Que tu alegría sea contagiosa y logre expulsar la tristeza. De tu alrededor...
La alegría es un rayo de luz que debe permanecer siempre encendido, iluminando todos nuestros actos y sirviendo de guía a todos los que se acerquen a nosotros...
Trabajo es sinónimo de nobleza.
No desprecies el trabajo que te toca realizar en la vida...
Te ayudará a cubrir tus gastos y a mitigar tus penas y tal vez a cumplir tus proyectos: ...
Cuídalo...
Dios nos ha creado para realizar un sueño...
Vivamos por él, intentemos alcanzarlo...

Esto debes pensarlo y sentirlo con convicción, para que no quede en un simple deseo como otros tantos...
Pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizás entonces, necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio en nuestras vidas...
Sólo los fuertes, los amantes y los que realmente aman la vida, se atreven al cambio.
Si lo logras serás un privilegiado...
No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú puedes con ella o te está poniendo a prueba, a ver si realmente la mereces...

Tú y sólo tú escoges la manera en que vas a afectar el corazón de otros...y esas decisiones, son de lo que se trata la vida...
Esta es la parte más delicada de tus actos y debes poner mucha atención en hacer tu mejor trabajo...
Para no ser odiado... Para no causar daño...
Para ser empático...
"Que este día sea uno de los mejores días de tu vida, para alcanzar tus sueños"...

Desconozco su Autor

PIEDRAS EN EL CAMINO



El camino de la vida está sembrado de piedras; el caminante tropieza constantemente con ellas y muchas veces se lastima.

Las piedras están ahí, a la vuelta de cada esquina, esperándonos; pero...

¿Qué hay que hacer con ellas?

Hoy, día de campo, amaneció desapacible y lloviendo.

En el viaje se nos estropeó el motor del coche. Los vecinos han puesto una música estridente. Quise decirle la verdad pero se ofendió. El tráfico está atascado y los nervios me descontrolan. Los padres están a punto de separarse.

¿Qué hacer para no ser heridos por tanta agresión?

¿Cómo mantener los nervios en calma en medio, de tantos agentes que nos atacan desde todas partes?

La Regla de Oro es:

Dejar que las cosas sean lo que son.

Deja que llueva, deja que haga calor o haga frío.

Deja que el río se haya salido del cauce madre o que las heladas amenacen las cosechas.

Deja que el vecino sea antipático o que la inflación se haya disparado.

Tu intento de solución acabó en fracaso, no te irrites, ya pasó, déjalo.

Deja que el avión llegue atrasado o que el tráfico esté atascado, son las piedras del camino.
No te resistas, no te enojes con ellas ni las trates a puntapiés, airándote, sólo tú sufres con eso.
Sé delicado con las piedras, acéptalas como son, tus cóleras no las podrán suavizar, al contrario, las harán más hirientes.

No te enojes, sé cariñoso y dulce con ellas, ésta es la única manera de que ellas no te hieran.

Y si no puedes asumirlas, y si no las puedes cargar a hombros con ternura y llevártelas a cuestas, al menos déjalas atrás en el camino como amigas.
Autor: Ignacio Larrañaga.

TE PIDO SEÑOR...



Por la primera rosa de cada mañana y el último pensamiento de cada noche.
Por los primeros sueños de un hijo y el último adiós de una madre.

Porque no haya mala hierba en mi siembra y no se eche a perder la semilla. Porque cada uno dé su fruto y podamos vivir con la aportación de todos.

Porque el daño no se haga rencor, el amor no se haga egoísmo, la fe no se haga hábito, la prueba no se haga rebeldía ¡y la ambición no se haga dueña!

Te pido luz para el interior del hombre, porque ahí se gestan todos los derrumbes, todas las batallas y todos los males.

Te pido mucho amor para vivir, aunque ésa sea la vida más sacrificada y tenga las lágrimas más amargas, los sueños más difíciles y el camino más tormentoso. Porque la vida sin amor es fría, y una vida fría no vale nada.

Te pido que cuando llegues, mi puerta esté abierta; cuando hables, mis oídos estén atentos, y cuando mires, mi corazón esté lleno de luz.
Que nunca esté cerrado para Ti, ni duro, ni insensible.
Te pido no ceder, no claudicar y no rendirme.

Te pido por los imposibles de mi impotencia, por los pequeños milagros que no percibo, por el sufrimiento que dejo perder, por los sueños postergados, las alas cerrada y el miedo de subir.

Te pido, Señor, que todas las vertientes de mi río sean de agua dulce; que las manos no se me cierren como un puño, sino como una caricia; que la felicidad no se me escabulla en hojarasca, sino se me ahonde en tronco.

Que no vuele como la mariposa, sin saber dónde posarme, sino que todo lo que necesite lo encuentre dentro de mí mismo.

Te pido no sólo repartir, sino compartir; no sólo compadecer, sino remediar; no sólo mirar y oír, sino comprender y consolar; no sólo decir cómo deben ser las cosas, sino dar testimonio de mi verdad.

Señor, que sepa ser oveja cuando necesite caminar en la manada, y pastor cuando algunas de mis ovejas se aparten del redil.

Cuida mi mensaje, que no lo oscurezca la belleza literaria. Dale pinceladas reales a mis vuelos para que todos me alcancen y me superen. Y ve manejando mi plumita por la tela del mundo, para llegar al corazón de los hombres.

Te pido vivir siempre persiguiendo algún ideal, siempre sirviendo alguna causa, siempre dando un nuevo paso hacia la perfección.

Que acepte el paisaje que me presentes, asimile las palabras que me digas y me mueva el amor que me ofrezcas.

Te pediría, Señor, una vida que no fuera deshilachada, como hecha a pedazos, sino armoniosa, donde todas las bisagras y los elementos formaran unidad y contenido.

No me dejes conocer el vacío, porque sería llevar la nada dentro. Porque me convertiría en un ser sin pensamientos, sin recuerdos, sin luz y sin Dios.

Enséñame a cultivar rosas, pues cada prójimo necesita una para su cruz.
Enséñame a entender el amor, para que los frutos sean dulces y abundantes.
Enséñame a perseverar, pues el camino de la vida se rompe a veces por donde más duele.

Enséñame a conducirme. Que no lo haga por arranques del temperamento, sino por la cordura de la inteligencia y la serenidad de la fe.
Señor, dame copa de los que saben beber, dame fuego de los que saben sentir, dame sabiduría de los que saben entender ¡y nido de los que saben amar!

Señor, retoña mis fracasos en nuevas primaveras. Hazme crecer en cada experiencia y madurar en cada lágrima.
Ponte sobre mi vida como un goteo constante, sobre mis planes como una estrella alumbradora, y sobre mis tristezas como un tierno compañero y un eje de resistencia.

Señor, dame una conciencia recta, de ésas que se reportan a la menor alteración. Dame una rienda fuerte, de ésas que no se andan aflojando por cualquier cosa; un camino orientado, de ésos que saben a dónde van y hasta dónde pueden llegar, y sobre todo, un deber alegre, de ésos que saben sonreír en medio de los sufrimientos.

Enséñame que cada deber tiene su momento, cada necesidad su servicio y cada llamada su designio.
Enséñame que para servirte no basta la fragilidad de la voluntad humana: se necesita el aporte de la gracia divina

Enséñame que hacen falta muchas pisadas pequeñas, antes de dar un gran paso, y muchas reflexiones serias para los planes de acción y las reformas de vida.

Que cuando se tiene una verdadera convicción, ella sola se impone.
Que todo el mundo tiene algo defendible.
Que la talla de la vida la da el amor, pero la dimensión del amor la da el dolor.

No aspiro a ser una destacada, pero sí quisiera dejar en el mundo esas grandes cosas que caben en las distintas pequeñeces de todos los días.

Me basta, Señor, ser el granito de arena, la lucerita, el rocío, la sonrisa, la lámpara. Ser ese relleno que necesita la felicidad diaria. Ser como la mano oculta de Dios, trabajando por debajo para la armonía de todos los míos. ¡Ser algo, en tan poco!

Gracias, Señor:
Por dejarme vivir tantos años.
Por dejarme reinar en el hogar.
Por dejarme escribir lo que siento.
Y por dejarme poner en tus manos lo que yo llamo "los grandes tesoros del alma"
*** desconozco su autor ***

Todo Tiene Una Razón



Algunas veces las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta de que esto pasa porque debe ser así para servir un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quienes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar.

Tú no sabes quienes son estas personas, pero cuando fijas tus ojos en ellos, sabes y comprendes que ellos afectarán tu vida de una manera profunda.

Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero en realidad entiendes que si no superas estas cosas nunca hubieras realizado tu potencial, tu fuerza, o el poder de tu corazón.

Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por casualidad o por la suerte; enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de puras tonterías, todo ocurre para probar los límites de tu alma.

Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién pavimentada, suave y lisa. Una carretera directa, sin rumbo a ningún lugar, plana, cómoda y segura, más empañada y sin razón.

La gente que conoces afecta tu vida. Las caídas y los triunfos que tú experimentas crean la persona que eres. Aún se puede aprender de las malas experiencias. Es más, quizás sean las más significativas en nuestras vidas.

Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón, dale las gracias porque te ha enseñado la importancia del perdón, la confianza y a tener más cuidado de a quién le abres tu corazón.

Si alguien te ama, ámalos tú a ellos, no porque ellos te aman, sino porque te han enseñado a amar y a abrir tu corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida.

Haz que cada día cuente y aprecia cada momento, además de aprender de todo lo que puedas aprender, porque quizás más adelante no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento.

Entabla una conversación con gente con quien no hayas dialogado nunca y escúchalos y presta atención. Permítete enamorarte, Liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto. Mantén tu cabeza en alto porque tienes todo el derecho de hacerlo. Repítete a ti mismo que eres un individuo magnífico y créelo, si no crees en ti mismo, nadie más lo hará. Crea tu propia vida, encuéntrala y luego vívela.

Cómo cambiar nuestros pensamientos, para cambiar nuestra vida.



Por Dr. Joe Dispenza en el seminario "El Poder de la Ciencia y Espriritualidad"

Nuestros pensamientos nos pueden enfermar

Una manera sencilla de ver qué relación existe entre nuestro cuerpo y nuestros pensamientos es observar lo que sucede con el estrés: tenemos dos sistemas de protección en nuestro cuerpo: el sistema de protección externo, que nos defiende de lo que sucede en nuestro entorno, y el sistema interno, que revisa lo que está pasando en el interior de nuestro organismo.

Si veo a un tigre y si veo a un antiguo jefe voy a responder de la misma manera, voy a tener la reacción de luchar o arrancar, pero cuando no puedo pelear, porque no está aceptado socialmente, y no puedo correr, porque... ¿hacia dónde arranco? Entonces los químicos que produce el organismo comienzan a operar en nuestro cuerpo pero no hacemos nada con ellos.

Todos los organismos de la naturaleza están diseñados para el estrés agudo. Los seres humanos somos tan inteligentes que podemos hacer que el pensamiento sea más real que cualquier otra cosa, y, debido a que somos tan inteligentes, tenemos un banco de memoria tan enorme que podemos anticiparnos a un evento que vaya a ocurrir, podemos preparar la mente para futuras circunstancias y con ello encender la respuesta de estrés solamente con el pensamiento.

Ahora, cuando encendemos la respuesta al estrés y no podemos apagarlo, vamos encaminados a la enfermedad, porque el cuerpo no va a lograr soportar un desequilibrio tanto tiempo. Entonces sucede lo que llamamos ansiedad o desórdenes obsesivos compulsivos, insomnio, depresión... Todas las enfermedades de adultos están creadas por los químicos del estrés, y la redundancia de esos químicos activa los genes que hacen que nos encaminemos a nuestro destino genético.

Si estamos movilizando toda nuestra energía para el sistema de protección externo, no hay energía para el sistema de protección interno, no hay energía para los proyectos de creación a largo plazo, no hay energía para las reparaciones, el crecimiento y la regeneración. Entonces, si dos células cancerígenas se juntan, toda la energía se está movilizando para el sistema de protección externo, por lo que no hay seguridad interna: se juntan estas dos células de cáncer y crecen, porque nadie las revisa, porque nuestras tropas están siendo enviadas para otro lado. Es como si supiéramos que viene un huracán a Santiago, ¿quién pensaría en remodelar su cocina? Eso es exactamente lo que pasa en el cuerpo. No hay energía para la reparación, no hay energía para proyectos de construcción a largo plazo, y el sistema de protección interno, el sistema inmunológico, comienza a sufrir.

Entonces, ¿los pensamientos pueden también sanarnos?

Si nuestros pensamientos pueden enfermar ¿no pueden acaso mejorarnos también? ¿Podemos encender nuevos genes y apagar los antiguos?

Cuando vivimos un estado emocional siempre va a haber una brecha entre la forma en que se ven las cosas y la forma en que realmente son. Esos químicos de supervivencia son los que nos llevan a estados emocionales negativos.

Pero podemos cambiar la forma en que funcionan nuestros cerebros, al interrumpir los programas normales de cómo sentimos y pensamos. Al principio es muy difícil, porque no sabemos cuán adictos estamos a nuestros estados emocionales, y nos volvemos adictos a estos estados emocionales porque las emociones encienden el cuerpo para que podamos sentirnos vivos y nos volvemos adictos a ese sentimiento. Así que la persona a quien le da rabia, mantiene esa emoción en su vida para poder sentir esa rabia, para poder sentirse viva.

Al hacer que nuestros cerebros funcionen de manera diferente, estamos creando una mente nueva, y así comenzamos a cambiar nuestro estado mental.

¿Qué es lo que ustedes practican mentalmente todos los días? ¿Qué es lo que usted demuestra físicamente todos los días? Porque lo que practicamos mentalmente, lo que pensamos mentalmente todo el día, y lo que actuamos o demostramos físicamente todos los días representa quiénes somos del punto de vista neurológico.

Ahora es el momento

La física cuántica dice que el ambiente es una extensión de nuestra mente, entonces si realmente cambiamos nuestra mente, ¿no debería aparecer algo totalmente distinto en nuestro mundo? Deberíamos convertirnos en científicos y decir ya muy bien, conciencia mayor y campo objetivo, campo cuántico, ¡ahora quiero una señal, quiero que me indiques que he hecho contacto contigo y quiero que me lo muestres de manera que me sorprenda, que me emocione, que me inspire, que no lo pueda predecir, porque si pudiéramos predecirlo, no es nuevo.

La mayoría de nosotros tomamos decisiones así: "mañana empiezo". Tenemos la intención, pero el cuerpo no recibe la señal. Cuando nos decidimos y decimos "basta, suficiente", ésa es la primera vez que el cuerpo recibe una señal. Cuando lo hacemos, cuando verdaderamente cambiamos la mente, no es sólo de la mente, es el ser.

Entonces tiene que venir o llegar de una manera que sea mayor o superior a nuestro entendimiento, que produzca un nuevo sentimiento de entusiasmo, que no deje duda alguna de que ha venido de ti, para que sea cada vez más fácil aceptar que tú eres el creador de tu propio destino.

¿Y cómo se hace?

Tenemos dos sistemas de memoria: el declarativo y el no declarativo, el subconsciente.

Las memorias declarativas son memorias explícitas: conocimiento y experiencia, hechos y eventos, filosofía y experiencia, y cuando aprendemos algo nuevo, todo lo que se ha aprendido queda aquí, programado en el neocortex, en el cerebro, y empezamos a pensar en esto y a analizarlo y a reflexionar sobre ello y a meditar sobre ello, al hacerlo vamos a organizar los circuitos en el cerebro.

Pero cuando finalmente aprendemos la información, y la aplicamos, la personalizamos, la demostramos, modificamos nuestra conducta, ahí si vamos a tener una nueva experiencia y esa nueva experiencia va a crear una nueva emoción, y ahora tenemos dos cerebros funcionando juntos, el cerebro pensante y el que siente. Tenemos mente y cuerpo comenzando a unificarse.

El conocimiento es el precursor de la experiencia. Cuando hacemos lo nuevo una y otra vez, activamos este sistema de memoria no declarativo, subconsciente. Este es el sistema de memoria implícito en el cual el cuerpo lo ha hecho tantas veces que ahora sabe más que el cerebro, ahora se ha convertido en el cerebro. Aquí es cuando mente y cuerpo están trabajando juntos. Aquí están nuestras habilidades, nuestras conductas, nuestras reacciones emocionales, nuestros condicionamientos. Es nuestra memoria asociativa y una vez que estamos ahí, en este estado del ser, significa que mente, cuerpo y alma están trabajando juntos.

Una persona intelectualmente puede declarar que quiere ser feliz, pero su ser está infeliz porque simplemente es una habilidad que debe adquirir. Cuando la mente quiere una cosa y el cuerpo quiere otra, no se responden nuestras plegarias, no podemos cambiar.

La persona que realmente quiere cambiar, si comenzara a volverse consciente y hacer que sus pensamientos inconscientes, sus acciones inconscientes y sus sentimientos inconscientes se vuelvan conscientes, comenzará a controlarlos, y si comienzan a practicar este nuevo ser, de pensar a hacer, ese nuevo estado químico interno que memorizó, ahora será superior a cualquier cosa en su vida externa.

El campo cuántico responde a quién estamos siendo. El campo cuántico organiza los eventos, las experiencias, para que vengan a nosotros y eso es lo bonito, la alegría de estar vivo.

La neuroplasticidad

Tenemos tres cerebros en uno: el pensante, el neocortex; el cerebro emocional, el que hace cosas, y el del ser, el cerebelo. La posibilidad de conexiones de las neuronas en el cerebro humano es mayor que la cantidad de átomos en el universo. Las neuronas son tridimensionales, más o menos 100 mil neuronas caben en un grano de arena. Aprender significa crear nuevas conexiones sinápticas entre ellas.

La neuroplasticidad es la habilidad de cambiar el alambrado sináptico del cerebro. Al aprender información y registrar experiencias y mantener un estado modificado del ser, la plasticidad nos permite evolucionar nuestras acciones o modificar nuestra conducta de modo que podamos hacer mejor las cosas en la vida.

Por el contrario, la que yo llamo "neurorigidez" es el usar nuestras conexiones sinápticas precableadas, es decir, memorias. Sin hacer nuevas conexiones, no se aprende de la experiencia. Rigidez es procesar los mismos pensamientos, realizar las mismas acciones y luego esperar que ocurra algo distinto, y eso, por supuesto, es locura.

La mente es el cerebro en acción, es el cerebro trabajando, un producto de la actividad del cerebro. El lóbulo frontal es la base de nuestra voluntad, de nuestro aprendizaje, de nuestra intención, atención, invención, especulación, toma de decisiones, es como controlamos nuestra conducta, es como nos concentramos. Además es lo que restringe nuestras reacciones emocionales. Es la parte más nueva y más evolucionada del cerebro y del sistema nervioso, y es la parte más neuroplástica de todo el cerebro.

Cuando el lóbulo frontal trabaja correctamente nos permite que un pensamiento sea más real que todo lo demás. Y esto es porque tiene conexiones a todas las partes del cerebro y puede acallar todos los demás circuitos para que nada más se pueda procesar salvo ese pensamiento. Así es como puede modificar nuestra conducta y combinar todas estas redes neuronales dentro de nuestro cerebro para crear una nueva idea.

¿Cómo lo logramos?

El proceso de meditación es hacerse conocido, conocer el ser antiguo ara poder controlarlo y luego practicar mentalmente este nuevo ser hasta que se nos haga conocido, familiar. Esta práctica mental básicamente trata de pensar en quién queremos convertirnos, quién queremos ser, es practicar una acción antes de hacerla. Es imaginar ya realizada una nueva habilidad, es reproducir constantemente el mismo nivel de mente a voluntad y debe hacerse todos los días para que se formen estos nuevos circuitos.

Entonces uno va a decir en su mente cómo pensaría una persona con la característica que queremos adquirir, por ejemplo, una persona saludable. ¿Cómo pensaría una persona saludable? ¿Cómo actuaría? Quiero ser y soy saludable. Y a medida que se empieza a enviar esas señales a las neuronas, al principio hay un problema: están todas esas otras neuronas que están disparando al mismo tiempo y dicen "no eres saludable, ándate a dormir, empieza mañana, el doctor dijo que vas a estar enfermo para siempre..."

Podemos insistir y decir una y otra vez nuestro nuevo pensamiento, y cada vez más fuerte. El proceso de hacerlo una y otra vez en forma repetida, con una férrea intención, tarde o temprano se convertirá en una señal más fuerte, sólida, hacia las células. Y una vez que ésta sea la señal más fuerte que llega a la célula, el circuito va a tener que cablearse de manera permanente.

Sólo hay una cantidad de factor de neurocrecimiento en el cerebro y la neurona comienza a robar el factor de neurocrecimiento de las otras conexiones. Y a medida que empieza a cablear permanentemente, comienza a sacar el pegamento de las que están a los costados, y cuando pasa eso se van despegando, se va la memoria del doctor, se va la de la flojera y se va toda esta sensación de no quererse a si mismo. Hay ahora una sola señal a su cuerpo: soy saludable.

Podemos creer en el futuro que no podemos experimentar con nuestros sentidos pero que hemos pensado tanto en nuestras mentes que ya está mapeado en nuestro cerebro. Ahora cuando apliquemos este nuevo paradigma con éxito, nuestro cerebro ya no será un registro del pasado, sino que será un mapa hacia nuestro nuevo futuro. Vivir según esta ley es vivir según la ley cuántica y la ley cuántica dice que nuestro ambiente es una extensión de nuestra mente. Si cambiamos nuestra mente, nuestra vida debería cambiar.

Namáste: J. Carlos Fernández

CUANDO TENGA QUE:



Cuando tenga que arrastrar alguna piedra del camino a recorrer,
deténgase a contar los kilómetros seguros, en que hemos transitado juntos.

Cuando tenga que sanar algún momento de tristeza,
medite en las horas de deleite y esperanza que lo alimentan todos los días.

Cuando tenga que preguntar porqué Dios ha creado las sombras de la noche, piense en los millones de estrellas que las sombras le descubren y que son sólo para UD.

Cuando tenga que atravesar alguna dificultad del mundo, sume las bendiciones que ya posee y sentirá el corazón bautizado en el océano de la bondad de Dios.

No pierda su fé entre las sombras del mundo. Aunque sus pies estén sangrando, ¡Camine siempre para el frente!,

Crea y trabaja, porque a su lado siempre va un ángel. Todo pasa y todo se renueva en la tierra. Eleve hoy entonces, su mirada y ¡¡ camine !!.

Luche y siga adelante. Aprenda a adelantarse. Algunos días, es posible que la tempestad lo amargue, o el corazón lo atormente, o un ideal lo aguijonee con la aflicción, pero no se olvide que:

¡Dios se disfraza muchas veces de problema, para probarlo, para enseñarle y para cuidarlo!

Tenga fe, y avance siempre, siga adelante y tenga siempre su ¡Alma de pié!

Viva plenamente el presente y disfrute de todo el camino,
pues la meta no está al final del mismo, sino en cada paso que de.

Su felicidad depende de UD. mismo;
fluya desde adentro y puede ser feliz en cualquier parte y a toda edad.

Absorba cada momento de su vida,
con la pasión con que se vive algo que se tiene sólo por una vez.

Envejecer es natural, la vida es maravillosa en todas sus etapas
y nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo.

Rompa con lo convencional y tome las riendas de su vida.
Habrá quienes no lo entiendan, no necesita que todo el mundo lo apoye.

Es más, precisa gente que lo critique y le dé la espalda;
de esa manera podrá moldear su flexibilidad, su humor y su fortaleza.

Recuerde que... ¡UD. es Fuerte!
Recuerde que su felicidad nace de adentro, que no puede, no debe depender de las circunstancias, porque éstas son cambiantes.

Comprenda su naturaleza, acéptela y... Ponga de Pie a su Alma!!
Acepte el desafío de vivir plenamente en tiempos turbulentos.
Y si no hay una puerta de salida en la situación en que se encuentre, entonces...
¡Rompa la pared y siga adelante!

UD. es la persona que más ama, y en ese contexto de amor y respeto tome la firme decisión de:

¡¡JAMÁS DARSE POR VENCIDO!! SONRÍA... ¡LA VIDA ES BELLA!

Autor: Anónimo

Creo en Mí




No creo en el príncipe azul.
No creo que todos los momentos de la vida sean felices, ni que la alegría sea eterna.

Pero creo en mí, en mis ganas de lograrlo, y en mi fuerza por mejorar y seguir creyendo que las situaciones sí pueden cambiarse y conseguir términos medios en vez de llegar a los extremos...

Creo en mi alma de niña y en mi alma de mujer, y en las ilusiones y los sueños que perdí en el camino y volví a tener en la vida, sin importarme cuántas veces se vieron entorpecidos por tristes realidades...

Creo en luchar por lo que siento, en defender mis sueños y en jugarme por la gente que quiero, mientras sigo transitando en los vaivenes del tiempo.

Creo en leer en los ojos de alguien que quiero un sentimiento, creo en emocionarme aún con un gesto.

Creo que pueda haber alguien que crea lo que sienta lo que yo siento, que quiera lo que yo quiero, y que se anime a proponerme caminar por esta vida juntos con menos miedo...

Creo en un hombre sensible, que no pierda la capacidad de asombro, de juego, de sueño...

Creo en un hombre que trate de demostrar lo que siente ante mi aunque le de vergüenza, que no disfrace su afecto por mi con negligencia, que no se sienta asfixiado, atrapado por amarme, o mi mitad en vez de un entero, o quizás coartado en su libertad, porque la libertad es interna...

Creo en un hombre que no intelectualice su afecto por mí, que exprese lo que siente y trate de no herirme -al menos conscientemente.

Creo en un hombre que si yo lo llamo, le digo que lo extraño o lo amo, no se sienta acosado, porque el amor es espontáneo y no premeditado...

Creo en un hombre que pueda ver la belleza en una flor, que no pierda la pasión y que quiera luchar conmigo cuando lleguen los momentos de tensión o de dolor...

Creo en un hombre que me respete más allá de mis conceptos o ideales, que sea mi amigo, que pueda escucharme y entender mis tiempos. Creo en un hombre que no le tenga miedo al amor, al compromiso de estar juntos los dos...

No creo en el príncipe azul. No creo en la perfección, y sé que muchas veces los finales no son felices, pero si UD. cree en mi, yo creo en UD.

Diálogo con el Silencio.


Cuantas veces....
queremos acercarnos a los demás
con actitudes fraternales,
y aunque aparentemente somos aceptados;
ignoramos que nuestros receptores,
no se sienten con la confianza de
estrechar ese lazo...
por esa forma a veces de arrogancia,
que creen visualizar,
por esas palabras reflexivas
que reclaman nuestra presencia
y que son tomadas con imposiciones...

Porque la sensibilidad que nos entregan,
es tan frágil, que si no la cuidamos
involuntariamente la hacemos añicos,
dispersando escépticamente,
lo que pudo ser un diálogo interesante

Cuantas veces, herimos inconcientemente,
por no tener disponibilidad de paciencia,
para analizar el entorno...
sin percibir que está latente
esa indiferencia gélida que nos duele.

Cuantas veces dialogamos con el silencio,
por el desconsuelo de la soledad,
pero somos tan exigentes,
que solo pensamos en nuestros pesares...
sin comprender el dolor de los demás,
a quienes castigamos con esas actitudes
de incomprensión...

Porque no entendemos ese lamento
por la lejanía, y no hemos valorado
ese amor que nos brindan...
cuantas veces seguiremos así,
sumergidos en ninguna parte,
apesadumbrados por la soledad,
y el vacío asfixiante que
nos lastima tanto...

Desconozco su Autor

Aquello que decidas creer será tu Verdad!




Cuál es la verdad?
Aquello que decidas creer será tu verdad.

Cuando se pregunta si algo es verdadero o falso, se pueden obtener dos respuestas correctas una afirmativa y otra negativa.

El vaso está medio lleno o medio vacío, depende del observador.

Somos libres de creer lo que queramos y hay infinitos pensamientos que podemos elegir pensar. Sin embargo solemos pensar lo que nuestros padres, sociedad, etc., nos inculcaron.

Si tenemos pensamientos que nos perjudican, podemos elegir cambiarlos por otros que nos beneficien.

Cada pensamiento posee una energía que te beneficiará o te perjudicará.

Eres capaz de proyectar en tu mundo solo lo que ves dentro de ti.

Si eres incapaz de ver en ti amor, compasión, tolerancia, respeto, cooperación, altruismo, seguridad, abundancia y demás virtudes, jamás las verás en tu mundo.

Si reconocieras que eres parte del Creador, (y si eres parte, en ti está el todo) tu existencia se elevaría.

Es la inarmonía que actúa en tus propios sentimientos, lo que te aleja de lo bueno de la vida.

Hay una acción vibratoria que afecta a tus pensamientos, tus sentimientos y tu cuerpo. Elevando esa vibración a través del amor puedes mejorar tu vida.

No puedes solucionar nada condenándolo; solo incrementarás la energía destructiva que ya está impregnando la atmósfera de tu vida.

Cuando reaccionas ante las energías más bajas, te topas con tus propias energías bajas, preparas una situación que atrae más energía baja.

Por ejemplo, si alguien te hace daño y tú respondes odiándolo, estás participando en un campo de energía más baja y perjudicando a quienes entren en ese campo incluido tu.

Si atacas/criticas a alguien que te ataca/critica intentas remediar la situación condenándola.

No apliques energías debilitadoras de los que te rodean, no podrán tocarte si

funcionas con las energías más altas porque anulan y transforman las más bajas y lentas.

Has sido creado para crear amor, ser amoroso y expresar belleza y bienestar. Digamos que quieres mantener tu cuerpo sano y esbelto, para ello tienes que entender que nunca podrás atraer lo atractivo a tu vida, detestando nada de lo que tú has permitido convertirte, porque el odio emite una contrafuerza de odio que anula tus esfuerzos.

11 Reglas de Éxito.



En una universidad estadounidense, Bill Gates dicta una conferencia dirigida a estudiantes y padres de familia (padres sobreprotectores con unos hijos muy consentidos que sienten que todo lo merecen), en la cual expuso 11 reglas que aunque duras son necesarias en la vida real.

La charla de Gates se resume en las siguientes once duras reglas:
Regla Uno- La vida no es justa, acostúmbrate a ello.
Regla Dos- Al mundo no le importara tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo.
Regla Tres- No ganarás $5.000 mensuales justo después de haber salido de la preparatoria y no serás un vicepresidente hasta que con tu esfuerzo te hayas ganado ambos logros.
Regla Cuatro- Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Ese si que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida.
Regla Cinco- Dedicarse a voltear hamburguesas no te quita dignidad. Tus abuelos tenían una palabra diferente para describirlo: le llamaban oportunidad.
Regla Seis- Si metes la pata, no es culpa de tus padres, así que no lloriquees por tus errores; aprende de ellos.
Regla Siete- Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como son ahora. Ellos empezaron a serlo por pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escucharte hablar acerca de la nueva onda en la que estabas. Así que antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida, empezando por tu habitación.
Regla Ocho- En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En algunas escuelas ya no se pierden años lectivos y te dan las oportunidades que necesites para encontrar la respuesta correcta en tus exámenes y para que tus tareas sean cada vez más fáciles. Eso no tiene ninguna semejanza con la vida real.
Regla Nueve- La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo esto tendrás que hacerlo en tu tiempo libre.
Regla Diez- La televisión no es la vida diaria. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café y de la película para irse a trabajar.
Regla Once- Sé amable con los "NERDS" (los más aplicados de tu clase). Existen muchas probabilidades de que termines trabajando para uno de ellos.
Si bien es cierto son reglas duras, vale la pena compartirlas, porque son sacadas de la vida real y de la experiencia de uno de los hombres más exitosos de la historia empresarial del mundo.

Nota: Puede que no sea una persona que te agrade, sin embargo tiene los resultados que muchos buscamos y si eres inteligente (que se así es) tomarás lo bueno, y lo que no te gusta lo recordarás, ya que ahora sabes como te verá la gente si haces cosas que según tu, no se hacen.

Momentos




Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer mas errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría mas.
Sería mas tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría mas riesgos, haría mas viajes, contemplaría mas atardeceres, subiría mas montañas, nadaría mas ríos...
Iría a mas lugares adonde nunca he ido, comería mas helados y menos habas, tendríamos mas problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de esto esta hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas; si pudiera volver a vivir, viajaría mas liviano.

Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría mas vueltas en calesita, contemplaría mas amaneceres y jugaría con mas niños, si tuviera otra vez la vida por delante

Jorge Luis Borges