domingo, 6 de octubre de 2013

Errores en una pareja......

1.- Ser infiel

No hace falta ni aclararlo. Una infidelidad es quizás el error más grave que se puede cometer en una relación, pues aun en la pareja más abierta y liberal, siempre uno termina triste, lastimado y desilusionado por el engaño. Además, es un mal que se puede evitar; si existe la necesidad de estar con otras personas, ¿para qué seguir en una pareja? Cuando ser infiel está en tus posibilidades, es necesario que, primero, replantees el estado de tu relación.

2.- Indiferencia

Nada peor que llamar por teléfono o escribirle mensajes de texto a nuestro novio y que él no nos responda, o lo haga siempre horas después, como si no tuviera interés en comunicarse contigo. Nada más desesperante que querer contarle cómo estuvo nuestro día y que él solo tenga oídos para la televisión... ¡Qué rabia! ¿No?

Si bien con esto no digo que debes estar pegada al celular todo el día y estar a las órdenes para responder inmediatamente, ten en cuenta que brindar tu atención a tu persona amada es una de las claves para una mejor comunicación en la pareja. Si, de verdad, lo que él tiene para decirte no te interesa, entonces algo mal anda.

3.- Reprimir las emociones

Si tu mala cara te delata y tu novio te pregunta qué te pasa, no respondas: “nada”, como muchas solemos hacer para no generar una discusión. Sin embargo, ¡reprimir emociones termina siendo peor! Es probable que esa discusión que estás evitando en el momento aparezca después debido a esa acumulación de pensamientos y sentimientos que te estás guardando, y ocultando... Recuerda que hay una delgada línea entre ocultar y mentir, otra cosa prohibida en una relación.

Además, ¿no te parece más fácil enfrentar los problemas cuando recién empiezan en vez de tomarlos cuando están por explotar? Sé sincera y honesta contigo misma, y anímate a plantearle a tu hombre todo lo que te está ocurriendo respecto a la relación. Te hará sentir más liberada, él valorará tu honestidad y juntos encontrarán la solución al problema.

4.- Permanecer infeliz

No cometas el error de seguir atada a una relación solamente por costumbre, o peor, por lástima o por miedo a estar sola.  Sé que es muy difícil terminar una relación luego de varios años pero ¿qué sentido tiene seguir en ella si no estamos realmente bien?  Haz lo que sientas y prioriza tu felicidad ante todas las cosas; para poder hacer feliz a otro, primero tienes que ser feliz tú.
5.- Sentir celos de los amigos

La ridícula pregunta “¿tus amigos o yo?” no debe tener el más mínimo lugar en una relación. Para que una relación de pareja sea sana, ambos deben conservar sus individualidades. Acepta que él tiene sus amigos, sus hobbies, sus actividades así como tú también tienes las tuyas. Si no puedes evitar sentir celos de sus salidas con amigos, pues: ¡organiza una reunión de chicas!

6.- Esperar que cambie

Si quieres que tu hombre cambie, pues toma asiento para ponerte cómoda, juntar paciencia y esperar tranquila.

¡Ese cambio difícilmente llegará!

Estar con una persona con la esperanza de poder cambiarla no vale la pena. Lo valioso del amor verdadero es poder aceptar a la persona tal cual es. Cuando te enfades con tu novio porque, nuevamente, dejó la habitación desordenada recuerda aquello que te enamoró de él.
7.- Mantener rencores

Guardar rencor o resentimiento hacia una persona puede matarnos por dentro.

¡Imagina si eso te sucede con tu pareja!

Este error está muy relacionado al de reprimir sentimientos.  Si sigues enojada por algo que él te ha dicho o no puedes olvidarte la imagen de una vez que pelearon, háblalo todo con él; liberando tus malos sentimientos es que conseguirás la tranquilidad. Quizás, incluso, él no tenga idea que hizo algo que te molestó.
Desconozco su Autor.

¿Qué son las rumiaciones?



Las rumiaciones son pensamientos nocivos que no dejan de rondar por nuestras cabezas, es decir, se aparecen una y otra vez dando lugar a un sentimiento de frustración. Las personas que tienen rumiaciones siente a la vez la necesidad de pensar sobre dicho suceso y, a la par, la necesidad de dejar de hacerlo: se produce una lucha entre nuestros deseos de hacerlo y las ganas que tenemos de descansar nuestros pensamientos.

Las rumiaciones se puede producir por muchos desencadenantes: una discusión con algún familiar lejano, una equivocación en el trabajo, un examen que no sabemos cómo nos ha salido, un pequeño contratiempo… en definitiva es un suceso que quizá no hemos sabido procesar y por ello se mantiene en nuestros pensamientos.

En el día a día, estamos inmersas e inmersos en multitud de acontecimientos o circunstancias y debemos procesar cada una de ellas, si no queremos caer en el estrés de intentar abarcar todas y en las rumiaciones.

Al no poder dar sentido a estas experiencias surgen las rumiaciones que desencadenan sentimientos de estrés, frustración, tristeza y apatía entre las personas que lo sufren.


Pensar es muy positivo pero se transforma en algo negativo cuando la mente se queda dando vueltas a los mismos pensamientos, una y otra vez, sin llegar a ningún tipo de conclusión. El resultado es muy agotador para la persona que no deja de rumiar, la persona acaba cansada y con sentimiento de “abotamiento mental“.  Las rumiaciones pueden, incluso, llegar a distorsionar la percepción real de los acontecimientos que nos acaecen.

Para poder librarnos de este nocivo hábito debemos ser conscientes de que nosotros y nosotras mismas somos dueñas y amos de nuestros pensamientos, pero esto no significa que nuestros pensamientos sean siempre acertados. A veces, nos equivocamos o nuestros pensamientos están equivocados o distorsionados.

Lo primero es ser observadores de nuestro propio cuerpo, convertirnos en minuciosos observadores y preguntarnos: ¿es real este pensamiento? ¿me aporta algo productivo este pensamiento? ¿realmente darle vueltas me ayuda en algo?

Si no te ayudan en nada, mándalos a una esquina y deja de pensar en ellos. Puedes incluso decir en voz alta: ¡ALTO! o pensar en esa palabra y en el resto de pensamientos evadiéndose, haciéndose cada vez más pequeñitos y lejanos. Dejando de tener valor. Dejando de atormentarte.

Algunos consejos prácticos para tener en cuenta…

Recuerda que las rumiaciones no son tu aliado, son tu enemigo. No debes dejar vencerte por ellas.

La práctica de la relajación te ayudará a poder abstraer tu mente.

    La meditación también te será muy útil (meditación).

Piensa en el presente, debemos relativizar los problemas cotidianos.

Si tienes algo que hacer, y no dejas de darle vueltas… apúntale en una agenda o un post-it y piensa que al escribirlo te deshaces de todos los pensamientos negativos.

Confía en tí mismo y en tí misma, ¡puedes ser el dueño/a de tus pensamientos!
Desconozco su autor