domingo, 22 de septiembre de 2013

El amor te elige a ti....


Si tu te encuentras enamorado de una persona que no esta enamorada de ti... no te reproches a ti mismo. No hay nada de malo contigo, sino que el amor no eligió descansar en el corazón de la otra persona.

Si encuentras a alguien que esta enamorado de ti, y tu no lo amas, siéntete honrado de que al amor vino y toco a su puerta, pero dulcemente rechaza el regalo que no puedes devolver.

Si tu te enamoras de alguien, y esta persona se enamora de ti también, y el amor elige irse, no intentes reclamarlo o culparlo. Déjalo ir. Hay una razón y un significado. Tú lo sabrás a su tiempo.

Recuerda que tu no eliges al amor. EL AMOR TE ELIGE A TI. Todo lo que puedes hacer realmente es aceptarlo, por todo su misterio, cuando entra a tu vida. Siente como el te llena hasta derramarse, y entonces encuentra la manera de compartirlo.

Dalo a la persona que lo hizo nacer en tu vida. Dalo a otros que sean pobres de espíritu. Dalo al rededor del mundo en todas las formas que puedas.

Es entonces que muchos que aman cometen un error, porque habiendo estado mucho tiempo sin amar, ellos entienden el amor como únicamente una necesidad.

Ellos ven sus corazones como un lugar vacío que necesita ser llenado con el amor, y ellos empiezan a ver el amor como si fuera algo que fluye para ellos en lugar de fluir desde ellos.

Acuérdate de eso, y mantenlo en tu corazón: el amor tiene su propio tiempo, sus propias estaciones, y sus propias razones para ir y venir.

Tu no lo puedes sobornar, coaccionar, motivar o insistir para que se quede. Tu solo puedes abrazarlo cuando el llega, y repartirlo con los otros cuando el venga hasta ti.

Pero si el elige dejar tu corazón, o el corazón de aquel a quien tu amas, no hay nada que puedas hacer, y no hay nada que debas hacer.

El amor es y siempre será un misterio. Alégrate de que el haya entrado a tu vida en algún momento. Si tu mantienes tu corazón abierto, él vendrá de nuevo a ti.
Anónimo.

El valor de las palabras....

Cuenta la historia que en cierta ocasión, un sabio maestro se dirigía a su atento auditorio dando valiosas lecciones sobre el poder sagrado de la palabra, y el influjo que ella ejerce en nuestra vida y la de los demás.

- "Lo que usted dice no tiene ningún valor"- lo interpelo un señor que se encontraba
   en el auditorio.


El maestro le escucho con mucha atención y tan pronto termino la frase, le grito con fuerza:

- "¡¡Cállate y siéntate!!".

Ante el asombro de la gente, el aludido se lleno de furia, soltó varias imprecaciones y, cuando estaba fuera de sí, el maestro alzo la voz y le dijo:

- "Perdone caballero, le he ofendido y le pido perdón; acepte mis sinceras excusas
    y sepa que respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo".


El señor se calmo y le dijo al maestro:

- "Le entiendo, y también pido disculpas y acepto que la diferencia de opiniones no
    debe servir para pelear, sino para mirar otras opciones".


El maestro le sonrió y le dijo:

- "Perdone usted que haya sido de esta manera, pero así hemos visto todos del
   modo más claro, el gran poder de las palabras, con unas pocas palabras le exalte
   y con otras pocas le calme".


Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huella, tienen poder e 
influyen positiva o negativamente. . .

Las palabras curan o hieren a una persona. Por eso mismo, los griegos decían que la palabra era divina y los filósofos elogiaban el silencio. (Puedo entender porque...)

Piensa en esto y cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten en palabras, y cuida tus palabras, porque ellas marcan tu destino.

Medita sabiamente para saber cuándo y cómo hay que comunicarse y cuando el silencio es el mejor regalo para ti y para los que amas.

Eres sabio si sabes cuándo hablar y cuando callar.

Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuando estés airado o resentido, y habla solo cuando estés en paz.

Recuerda que las palabras tienen poder y que el viento nunca se las lleva.

Las palabras encierran una energía que bien puede ser positiva o negativa.

Recuerda: "Una cometa se puede recoger después de echarla a volar, pero las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca"
Anónimo.