viernes, 24 de septiembre de 2010

EL ZOOLÓGICO HUMANO



Hijo, yo ya recorrí el camino que tú vas a recorrer, por eso quiero que sepas, que encontrarás muchos seres que yo aquí te presento en forma de animales; pues ellos actúan iguales:
- En esta selva de asfalto, te encontrarás seres falsos, como lo es el cocodrilo; que llora mientras te devora...
- Encontrarás a pericos, que hablan y hablan; sin pensar en lo que dicen, mas nunca cierran el pico...
- Encontrarás tiburones, astutos y despreciables; que si no te pones listo, con todo y ropa te comen...
- Encontrarás muchas ratas, que cuando tienes buen queso, te idolatran; y cuando ya nada tienes, te muerden y te maltratan, y huyen muy lejos de ti dando velocidad a sus patas...
- Encontrarás a otros seres que son como reptiles, que se arrastran por el suelo aunque los pisen; pero cuando te descuidas, te muerden con gran fiereza y te dejan cicatrices...
- Encontrarás a otros seres que son como el pavo real; se sienten muy importantes y duchos en lo cultural; y no saben ni siquiera dar a la gente un lugar y a todos los considera gente grosera y vulgar...
Y así seguirás encontrando animales con cara de gente; pero en algún momento de tu vida encontrarás amores, amigos, gente buena y sincera que te abrirán su corazón y harán por ti lo que puedan. A esos seres hijo mío, nunca los pierdas de vista y no pierdas su amistad; es gente de calidad, sincera y sin rencores...

Autor Desconocido

EL PACTO.



La vida sólo ha sido día a día
un intervalo hasta reencontrarnos,
puliendo nuestras piezas interiores
para que encastren cuando se aproximen.

Entretanto, vagamos solitarios,
buscándonos en medio de la gente,
como ejemplares de especies extinguidas
que olfatean el aire para hallarse.

Cómo te extraño, aunque aún no te conozco.
Necesito encontrarte urgentemente.
Emite ya tu grito conmovido:
Distinguiré su sonido puro y claro.

Recordaremos pactos prenatales,
reconociéndonos por la mirada.
Descansará mi alma al completarse,
injertándose en el núcleo de tu alma.

Y es que hay tanto por hacer, tantas tareas
que requieren cuatro ojos y dos bocas,
una dupla de pechos fervorosos,
un par que se haga Uno, poco a poco...
Tanta emoción atrasada, tanta vida
aguardando el momento del reencuentro...

Emite ya tu grito conmovido:
mi oído estará alerta y esperando.

Virginia Gawel